jueves, 5 de marzo de 2009






























Música del Litoral Pacífico

Aunque la música afrocolombiana de la costa Pacífica presenta en mayor medida herencias de tradiciones africanas, también exhibe pervivencias de raigambres indígenas y españolas que fueron adaptadas por los afrodescendientes de la región. Estas expresiones musicales manifiestan un profundo carácter religioso y melancólico. Sin embargo, cuando se expresa en contextos profanos su característica fundamental es la sátira. Ésta tiene bajo su responsabilidad la crítica social y política y se hace evidente en el predominio de onomatopeyas y voces en forma de dejo. Dicha particularidad está anclada en la tragedia de los esclavizados quienes, al ser considerados como mercancías y no como seres humanos, debieron recurrir al canto satírico para expresar sus inconformidades y rechazos al sistema esclavista.
Durante todo el periodo colonial, el Pacífico colombiano albergó muchísima gente de diversos orígenes africanos. A diferencia del litoral Caribe, las selvas del Pacífico presentan un bajísimo mulataje. Esto quiere decir que las interacciones biológicas y culturales con los europeos no tuvieron la misma intensidad que en las zonas caribeñas. No obstante, en lo grandes centros urbanos del sur-occidente del país las relaciones entre africanos y europeos fueron constantes y significativas. De ahí que en muchas ciudades importantes de la región las herencias musicales africanas y la conservación de danzas y cantos españoles del siglo XVI hayan confluido para que en el litoral surgiera una gran variedad de tonadas musicales, representadas en 26 aires diferentes. Entre ellos se destaca el currulao como la expresión más importante y la tonada patrón de la zona.
El litoral Pacífico está dividido en dos zonas ampliamente diferenciadas. Las bocas o desembocadura del río San Juan establece una especie de frontera cultural entre los sectores centro-norte y centro-sur. Los grupos afrocolombianos que habitan ambas circunscripciones presentan hondas e innegables afinidades espirituales. Sin embargo, sus manifestaciones culturales tienden a divergir en varios aspectos. En la zona centro-norte las expresiones musicales exhiben el uso de percutores y de otros instrumentos relacionados con la música afroamericana. También están los instrumentos musicales melódicos como la flauta traversa de caña o metal y el clarinete, que se acompañan del redoblante, caja, tambora, cencerros, platillos y triángulo. Este conjunto típico es conocido en el área como la chirimía.
La música de la zona centro-sur, por su parte, se caracteriza por su amplio contenido ceremonial, asociado en lo fundamental con factores sociales y religiosos. El currulao, el chigualo y el arrullo son expresiones musicales ancladas en la tradición oral. En las letras de sus cantos se manifiesta una profusión de estilos poéticos cuyos versos se encadenan al ritmo a manera de fonemas o sonidos de acompañamiento, bajo el predominio de los tambores y las marimbas. La dimensión ritual se pone en evidencia cuando hay convergencia de los elementos musicales en las celebraciones religiosas o en el ámbito funerario; tal es el caso del alabao, la juga de arrullo y el velorio de angelito.
En la costa Pacífica colombiana existen manifestaciones musicales de marcada ascendencia africana. Casos concretos son los ritmos del currulao y sus cinco variantes: patacoré, berejú, caderona, bámbara negra y juga, y los estilos fúnebres del bunde y el chigualo. Asimismo, se conservan supervivencias musicales hispánicas, especialmente las relativas a la forma del canto gregoriano, que fue traído por las misiones religiosas del siglo XVI. Estas formas de romances y pregones a capella se perciben hoy en día en los alabaos, salves, arrullos, loas y villancicos. Por otra parte, desde la década de 1970, la música salsa se ha constituido en un fenómeno muy importante entre los jóvenes del litoral, que han visto el surgimiento de prestigiosas orquestas de baile como los grupos Niche y Guayacán, quienes mantienen un fuerte componente chocoano entre sus integrantes.






Los cantos de boga







Son canciones asociadas a la labor de la navegación, que se instrumentalizan de manera libre. En el litoral Pacífico, los bogas afrocolombianos acostumbran cantar mientras baten los remos sobre el agua. Esta costumbre, de tiempos inmemoriales, es un recurso empleado por los pobladores ribereños para acompañar su soledad en medio de los ríos y la selva.
En este género de canto se entonan versos simples de gran musicalidad, precedidos por fonemas y falsetes. El uso de sílabas, a manera de fonemas musicalizados, sirve para que el cantador cambie de nota, abandonando el registro en el que se encontraba y asumiendo uno diferente. Las rimas plasman la imaginación de los bogas y los contenidos de las interpretaciones manifiestan actitudes evocadoras. El acompañamiento musical se reduce al sonido producido por el remo o canalete en el instante mismo en que golpea el agua. Esta respuesta sonora, a manera de chasquido, sirve de apoyo rítmico para la voz del intérprete. Las temáticas giran en torno a temas cotidianos como el amor, la vida, el paisaje. Las letras empleadas pueden ser como la siguiente:
Cuando dos se están queriendo... oí... ve...y no se alcanzan a hablar... oí... ve...por el ojo de una aguja... oí... ve...se mandan a saludar... oí... ve...
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Los cantos fúnebres



El bunde



Ritmo musical muy extendido entre las comunidades afrocolombianas del litoral Pacífico, con un posible ascendiente en Sierra Leona (África). Tiene carácter de canción lúdica y difiere, en grado menor, de la forma de canto empleado en los velorios de los niños. En este sentido es una expresión de los ritos fúnebres y, a la vez, una forma de canto inserto en el ámbito de las rondas y juegos infantiles que ejecutan los chiquillos en el patio de la casa mientras los adultos se ocupan del rito mortuorio propiamente dicho.
En la interpretación del bunde se emplean únicamente los tambores, que registran una métrica pausada. Los cantos, en coro, se alternan con los toques del tambor en aquellas ocasiones en que se trata de una celebración; en caso contrario, las voces no intervienen. Numerosas canciones del repertorio del litoral, que son cantos de folclor lúdico o rondas de juego, se bautizan con el nombre de bundes, tales como "El chocolate", "El punto", "El trapicherito", "El florón", "El pelusa", "Jugar con mi tía", "Adiós tía Coti" y "El laurel".
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Los cantos religiosos

El ejercicio de las práctica religiosas entre las comunidades afro colombianas de la costa Pacífica ha permitido la consolidación de un ambiente propicio para la producción de cultura y la revitalización de sus identidades. En este contexto de los ritos se acostumbra interpretar cantos religiosos a capella, que algunas veces permiten la adhesión de sencillos toques de tambor. Estas expresiones musicales se conocen en el litoral con los nombres de alabaos, salves y arrullos.
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El alabao




En esencia es un canto coral de alabanza o exaltación religiosa ofrendado a los santos. Con el transcurrir del tiempo su uso se hizo extensivo al contexto fúnebre, convirtiéndolo, además, en un canto de velorio para adultos. Por lo general se interpreta sin instrumentos, aunque en algunas ocasiones puede tener acompañamiento rítmico de percusión. Dentro de sus características se destacan el acento salmodiano (propio de las exaltaciones cristianas) y la escala musical, que evoca al canto llano. Las intérpretes lo cantan manteniendo la armonía de las distintas voces, sin variar la melodía e introduciendo modulaciones propias de la música colectiva de las tradiciones africanas.
En algunos casos las temáticas de los versos se apartan del contexto religioso y resaltan aspectos profanos. En los alabaos de tipo fúnebre se combinan de forma indistinta pasajes que hacen referencia a la vida del difunto y exhortaciones místicas. Veamos unas estrofas:
En toda la costa Pacífica colombiana este tipo de expresiones musicales son numerosas. Modelos como el denominado "Tío guachupecito" son característicos de todo el litoral; en él se nombran todos los santos del cielo católico, alternando los versos con el nombre de un pez negro y largo que es el que da nombre a la tonada. En el departamento del Chocó, por ejemplo, es muy popular el alabao dedicado a San Antonio, conocido como bunde San Antonio o "Velo, qué bonito".
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Los salves

Es una forma de alabao típico del departamento del Chocó, interpretado con gran sentido devocional en homenaje a la Virgen María o a ciertas advocaciones femeninas. Se les conoce también con el nombre de alabanzas de pasión. Presenta supervivencias de tradiciones españolas. En su ejecución, que se ha perpetuado a cargo de las mujeres más ancianas, se resalta la calidad y la modulación de la voz de las cantadoras, que aplican un estilo propio a la interpretación de extensos poemarios que provienen de épocas coloniales.La habilidad en la interpretación, la memoria para recordar textos similares y la musicalidad de las cantadoras son elementos que influyen en el permanente enriquecimiento de las formas poéticas, que a veces se acompañan con un golpe percutido de tambor con la intención de solemnizar el acto ritual. Son modelos de salves "Una paloma sin mancha" y "Del cielo cayó una rosa". Suelen emplearse textos como el siguiente




























El currulao







Es la tonada patrón de la costa Pacífica colombiana, estructurada sobre un compás binario de seis octavos, y con una sección rítmica percutida en figuraciones ternarias. En el contexto de la música afrocolombiana es el ritmo que presenta las supervivencias africanas en las modalidades instrumentales, vocales y coreográficas. El currulao se escucha en el contexto de las fiestas familiares, colectivas de índole social y en las rocerías de maíz o mingas.
Suele ejecutarse con un conjunto de marimba integrado por diez instrumentos: la marimba de chonta, para el acompañamiento semi-melódico; los dos cununos, sobre los que recae la base rítmica; la tambora o bombo, el redoblante y cinco guasás, como elementos que marcan la percusión. La parte vocal es efectuada por las mujeres, quienes emplean la forma de canto responsorial o de letanías para narrar los versos del coplerío local. La primera voz está a cargo de las cantadoras o glosadoras, que son las que dicen las coplas. Las segundas voces o respondedoras contestan con versos reiterados, llenos de estribillos y fonemas enlazados al proceso rítmico de los percutores, abandonando la melodía que se perfila sin relieve vocal. Son derivaciones del currulao: el patacoré, el berejú, la caderona, la bámbara negra y la juga.
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La caderona









Al parecer este ritmo es una derivación de los landos o danzas de vientre, que acostumbraban los mineros esclavizados en sus fiestas probablemente rememorando ritos de fertilidad africanos. Su base rítmica pertenece al ámbito del abozao y se ejecuta en compás de seis octavos. La tonada se desencadena una vez que la voz prima emite la primera frase, la cual es contestada en forma de estribillo por el coro. El contenido del tema se trasluce en los siguientes versos:
Caderona... caderona...Caderona, vení, meniáte...Con la mano en la cadera,caderona, vení, meniáte...¡Ay! Vení, meniáte, pa´ enamorate...Caderona, vení, meniáte...




La bámbara negra




Ritmo típico de la región centro-sur del litoral Pacífico. Es un canto bailado en el que la fase melódica se ciñe a la actuación vocal, que es adelantada por un coro de cuatro voces. La letra de esta tonada desarrolla un tema concreto, estructurado en métrica binaria, que no permite modulaciones ornamentales y que se repite de manera reiterativa. El texto parece referir viejas costumbres marciales que fueron sobrepuestas al gusto fiestero de las comunidades afrocolombianas del litoral. "Bámbara" es el nombre de uno de los grupos africanos cuyos miembros fueron deportados hacia Cartagena de Indias durante los siglos XVI y XVII. Suelen utilizarse versos como el siguiente:
Subí sarmaro,como soldado,subí sarmaro,como soldado,y acostumbradoal son de valor,y acostumbradoal son de valor.La bámbara negrayo no la sé,ay, dale mi vueltay me jincaré,ay, dale mi vuelta,
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La juga







La juga es una variante del currulao destinada a las celebraciones navideñas y a otras fechas especiales. Tiene su verdadero esplendor en las balsadas o procesiones acuáticas sobre canoas, que acostumbran los afrodescendientes para festejar el natalicio del Niño Dios o para celebrar la fiesta de un santo patrón. En medio de la música, el canto, los rezos y los juegos de pólvora, se transportan altares construidos en ramas de palmiche, en los que reposa la imagen del niño Jesús, desde las diferentes veredas hasta la iglesia del pueblo.
Esta tonada se caracteriza por conservar el compás de seis octavos propio del ritmo patrón del litoral Pacífico. Su acompañamiento percusivo, menos frenético que el de su ascendiente, crea un diálogo con las voces femeninas. En síntesis, es una forma de canto con conjunción o juego de voces femeninas, a la manera del estilo responsorial, en el que la segunda voz asume la melodía e interpreta los versos y la primera canta los estribillos.
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ALGUNAS DE LAS MAS CONOCIDAD DANZAS DE ESTA ZONA

La música que identifica las expresiones dancísticas y los cantos del Chocó responde a varios géneros rítmicos como el currulao, abozao, aguabajos, levantapolvos, porros, tamborito, cumbia, sainetes y son, cuya estructura melódica se basa en lo que se denomina "La Chirimía", la cual involucra varios aires de acuerdo al compás de sus instrumentos: el clarinete, el cobre o bombardino, la tambora, los platillos y la requinta o redoblante.


El Repertorio

La inspiración artística y folclórica de la región del Pacífico colombiano está determinada por una singular simbiosis cultural que históricamente se formó de la convivencia de comunidades aborígenes e hispánicas que habitaron la zona durante la colonia y principalmente del gran aporte africano, o más bien de las múltiples expresiones lúdicas de cientos de civilizaciones subsaharianas que llegaron al Chocó y se quedaron allí, como los yorubas, los mandingas, los congos, los ewe fond, los sudanenses y otros grupos de raíces bantú.
Nuestro extenso repertorio está conformado por distintas expresiones dancísticas que tienen su origen en las raíces africanas, hispánicas e indígenas de las cuales emanan otros ritmos de contextos contemporáneos(minas, ríos, fincas, etc.)
Algunas expresiones dancísticas de ritmos de predominancia africana son:

Abozao
Esta palabra proviene de "boza", lazo, cabo corto o cadena, usado en navegación para sujetar objetos. Así que abozar es amarrar con bozas, símbolo que no parece alejarse del sentido de la danza. El abozao es quizás el ritmo más popular en la zona central del Chocó, donde se ha diversificado, adquiriendo distintos matices.
El ritmo, de compás binario, es cálido y vibrante, muy similar al currulao en la medida de los golpes, aunque en él la resonancia de los tambores no es tan profunda. La melodía, a su vez, posee un corte tradicional muy rico en sugestiones sonoras que los músicos reiteran intencionalmente para estimular la fiesta. El abozao es un toque para bailar, pero los celebrantes suelen animarlo con gritos y exclamaciones en forma de tejido melódico que se ponen al servicio de la marcación rítmica.


Mazurka
Este es uno de los aires aculturados más característicos del ámbito musical chocoano. La mazurka nos llegó, al parecer, en los albores del siglo XIX como prototipo de las danzas de corte europeas, siendo la danza nacional de Polonia. Originalmente, la mazurka se tocaba con violines, viola, flauta traversa, arpas, cornos para uso cortesano, en el marco de las exigencias aristocráticas. En el proceso de mestizaje sufrió los cambios propios de aclimatación, razón por la cual muchos de los instrumentos desaparecieron siendo reemplazados por otros más sonoros y de fácil acceso.


Jota
Siendo la "Jota" un baile muy popular en las provincias españolas de Aragón y Valencia, quedó muy poco de ella al convertirse en un ritmo criollo de sabor negroide. Del ritmo vivo y fiestero de la "jota aragonés", se pasó a un ritmo emparentado con el toque del currulao. En ella la melodía pierde casi todo el relieve sonoro y el "canto" propiamente dicho, transformándose en una secuencia para ser bailada con pleno dominio de los tambores.

Contradanza
Procedente de la antigua Escocia donde recibía el nombre de "country-dance", o danza rústica aldeana. De allí pasó a Inglaterra donde fue enriquecida por las influencias cortesanas y adquirió una coreografía compleja y espectacular, semejándose en ciertos momentos a la clásica "cuadrilla". El tema musical, nacido de un valseado muy cadencioso, desapareció totalmente al llegar a nuestras tierras. En el Chocó y el occidente de Antioquia se le imprimió una melodía sincopada, más a tono con los gustos del mulato y el negro, siendo tocada exclusivamente para bailar.


Polka
Es una danza de origen europeo, localizada en Hungría de donde se presume se extendió a Francia e Inglaterra y de allí al continente american en la época de la colonia. La polka forma parte del folclor musical y coreográfico de la región Pacífica y por su ritmo y ejecución muestra cierto parentesco con el vals, el pasillo y el chotis sanandresano. Su estilo es muy aristocrático guardando todavía parentezco con las formas europeas. Hay dos versiones de la polka en el Litoral Pacífico: la del Chocó y la de Guapi; en ambas el tema se toca exclusivamente para bailar, sin canto.

Danza Chocoana
Su historia tiene causas similares a las de la contradanza, por lo que concierne a la forma en que se incorporó al medio ambiente negroide. La danza tomó de lo español el acento cortesano, pero al transferirse a los gustos africanos, adquirió tanto en lo musical como en lo dancístico, una estructura diferente. Lo más destacado en ella es el apoyo que confieren los golpes rítmicos a la percusión, para darle a los pasos una marcación sincopada así como un acento viril y pagano. En la danza no se emplea el canto.
Ritmos emanados de contextos contemporáneos desde los ríos, minas y fincas:

Makerule
Más que un ritmo de pura raigambre chocoana, es una escenificación musicalizada. El argumento describe, con cierto grado de complicidad, el episodio de Mr. Mc Duller, a quien la gente le decía Mac Ruler y que por burla quedó "make rule", panadero chombo que se arruinó en una población chocoana de nombre Andagoya, por excesiva confianza en dar al fiado su mercancía. Los bailarines van coreando la narración de la historia mientras ejecutan una pantomima alusiva a la misma.


El pison
Ritmo que pertenece al repertorio tradicional del Litoral Pacífico sur, que toma el ritmo del currulao y la juga, pero dando un verdadero canto de laboreo. Esta danza es una verdadera reivindicación del campesino, quien después de una ardua labor, y al caer la noche expresa su sentir, combinando en forma melodiosa música, voces y movimientos.